sábado, 28 de agosto de 2010

Cómo limpiar los oidos de tu bebé

A las pocas semanas de nacer tu bebé empezará a segregar cerumen una sustancia antibacteriana que actúa como mecanismo de defensa para proteger al oído de infecciones.

El oído cuenta con un mecanismo natural para la eliminación de la cera, esta se desliza lentamente hacia el exterior impulsado por los movimientos que realiza tu bebé, mientras se alimenta, por ello la limpieza de los oídos debe hacerse en la parte externa es decir, podrás limpiar la parte superior de la oreja y nunca introducir bastoncillos, aplicadores, horquillas (sujetadores o ganchos para el cabello), palillos o similares, pues podrían causarle daño al tímpano, ya que al introducir lo que estarías haciendo es compactando la cera y empujando hasta el fondo del tímpano, formándose así un tapón que disminuye la capacidad para oír o peor aun dañar la membrana timpánica que cubre el oído que es muy delgada, además los bebés tienen los oídos mas delicados que los adultos, pues su canal auditivo es mas corto, por tanto es mas vulnerable a las temperaturas y los agentes exteriores como el polvo.

Para asear los oídos, basta un poco de aceite, agua enjabonada o un paño humedecido que recorra todo el pabellón auricular.
Si durante el procedimiento notas que el niño tiene algo de cera casi a la entrada del oído, intenta retirarla con un poco de aceite o agua sin introducir el pañito, limita la limpieza a las partes que logre alcanzar con dichos elementos.
En caso de que utilices un aplicador, humedézcalo en aceite o en agua y jabón y páselo por la oreja, pero solo en la entrada del oído. También puedes utilizar un pañito húmedo.
Si durante el baño le cae al niño una gota de agua en el oído, no te preocupes, sécalo con la punta de la toalla, sin introducirla. El resto se absorbe mediante capilaridad, es decir, la existencia de pequeños vellos en el conducto auditivo que cumplen el proceso de absorción. Con esto es suficiente y no trate de introducir algún otro elemento para secar el oído.
Sin embargo, si el niño presenta dolor, picazón o manifiesta escuchar un pito o zumbido, es mejor llevarlo al especialista.

Siempre fíjate en el aspecto de la cera y su color, Normalmente ésta debe ser delgada y de color amarillo claro o quemado, pero no muy oscuro.
Si la consistencia cambia o varía su color, tornándose más espesa y oscura, deberás recurrir de inmediato al pediatra y por ningún motivo tratar de retirarla, además, deberás verificar si con el cambio en la consistencia y el color de la cera también se producen disminuciones en la capacidad auditiva del niño, pues podría tratarse de un gran tapón que le impide oír con claridad.

Fuente. www.abcdelbebe.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario