sábado, 9 de mayo de 2015

La siesta, fundamental para el aprendizaje de los bebés

Dormir media hora de siesta fortalece la memoria de los niños de entre 6 y 12 meses y les ayuda a fijar los conocimientos aprendidos


Los bebés pasan gran parte del tiempo durmiendo, y esto se debe a que el sueño es muy importante para su desarrollo tanto físico como mental. Uno de los últimos estudios científicos en la materia ha analizado los efectos de la siesta en bebés de entre 6 y 12 meses, confirmando que este beneficioso hábito les ayuda a consolidar todo lo que han aprendido antes de echarse a dormir.
¿Cómo lo han demostrado? Los bebés participantes tuvieron que repetir una serie de acciones con títeres que les habían sido enseñadas cuatro horas antes. Los bebés que habían dormido al menos media hora durante ese intervalo obtuvieron mejores resultados en las pruebas y, además, seguían reteniendo la información un día después de las pruebas.
Esto sucede, según los investigadores, porque durante el sueño se codifican los recuerdos y se transfieren desde el área del cerebro implicada en la memoria inmediata – el hipocampo- al área encargada de la memoria a largo plazo – el neocórtex-. “Es posible que en el cerebro de los bebés, el hipocampo tenga una capacidad muy limitada y dormir sea su modo de descargar información en el neocórtex antes de olvidarla”, explica Sabine Seehagen, investigadora en psicología infantil y juvenil de la Universidad Ruhr de Bochum (Alemania) y autora principal del estudio.

Buena también para los padres

Los autores del trabajo, publicado en la revista Proceedings of National Academy of Science (PNAS), realizarán nuevos estudios para ver si el sueño afecta también, además de a la memoria, a la forma en la que los bebés emplean la información aprendida.
Los investigadores han recordado, además, que la siesta tiene un efecto beneficioso durante toda la vida. “Además de ayudar a la consolidación y fortalecimiento de la memoria, el sueño sirve para analizar los problemas y encontrar nuevas soluciones” afirma Seehagen. Así que, la próxima vez que tu bebé se eche una siesta, aprovecha tú también, ¡tu cerebro te lo agradecerá!

Fuente: http://www.serpadres.es/

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