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domingo, 29 de junio de 2014

Apego saludable

Por qué es importante el apego






En este artículo
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El contenido de este artículo ha sido proporcionado por Early Moments Matter (Los primeros momentos sí cuentan), una campaña para garantizar a cada niño las mejores oportunidades de alcanzar el bienestar emocional. Descubre cómo recibir los materiales de Early Moments Matter y proporcionarle un juego adicional a una familia necesitada.
Desde el instante en que llegan al mundo, los bebés están listos para comunicarnos sus necesidades. A medida que aprendemos y reconocemos lo que necesitan y nos encargamos de proporcionárselo, les vamos enseñando muchas cosas sobre el mundo que los rodea. Aunque este proceso bidireccional no se produce de la noche a la mañana, es uno de los más importantes; quizá el más importante de todos los caminos que recorrerás con tu hijito.

Está demostrado que los niños que reciben buenos cuidados durante el primer año de vida desarrollan mejores aptitudes para controlar el estrés, forman relaciones más saludables, van mejor en sus estudios y tienen másautoestima. En términos generales, tienen más posibilidades de disfrutar de una vida equilibrada y sentirse realizados.

¿Significa esto que un hijo adoptivo o que tenga un padrastro o madrastra sufre una desventaja? No. ¿Significa entonces que los padres que trabajan o se divorcian no pueden dar a sus hijos suficiente atención para que sean adultos felices? ¡De ninguna manera!

Ya seas madre o un padre soltero, abuelo, padre adoptivo o de crianza, un alto ejecutivo o alguien que busca trabajo, es importante que sepas que puedes apegarte a tu bebé.

¿No estaré malcriando a mi niño?
¿Quieres que tu bebé sea feliz? ¡Por supuesto que sí! El problema es que muchas veces es difícil saber trazar límites. ¿Si lo abrazo demasiado, se volverá "pegajoso" o inseguro? ¿Lo agobiaré con tanto amor? En muchos círculos se considera que hay que dejar llorar a un bebé para evitar malcriarlo. Sin embargo, cada vez es mayor el número de estudios que indican algo diferente y nos están haciendo ver las cosas de otra manera. Más que nunca, los expertos aconsejan ahora que le des a tu hijo todos los cuidados y atenciones que necesite, sin temor a malcriarlo.

La teoría del apego
Para entender por qué el apego es tan importante, vamos a ver qué es la llamada teoría del apego: todos los bebés intentan crear un vínculo con las personas que se encargan de su cuidado, incluso con adultos que no son muy afectuosos. Este vínculo no está solamente basado en la comida, sino que va más allá de la necesidad de tu bebé de ser alimentado.

Un bebé busca esa proximidad de la madre a través del llanto, la necesidad de ser acunado, las sonrisas reflejas, la succión, el balbuceo y el llanto porque necesita ser aceptado y protegido incondicionalmente. Y eso es la base de la continuidad de la especie humana.

El que el apego sea fuerte, débil o inexistente causará diferencias que durarán toda la vida. Los bebés que crean un apego saludable y seguro ven a sus padres o cuidadores como una fuente de consuelo y una plataforma sólida desde la que pueden explorar el mundo y jugar. Estos bebés echan de menos a sus cuidadores cuando se van y se sienten aliviados cuando regresan. Gracias a una fuerte base emocional basada en la confianza, se vuelven adultos seguros, competentes y bondadosos.

Diferencia entre apego y vínculo afectivo de la madre
Es fácil confundir el apego, que se refiere a la conexión emocional del bebé contigo, con el vínculo que estableces, como madre, padre o cuidador, con tu hijo. Es decir, los sentimientos que tú tienes por tu bebé y cómo te relacionas con él.

El apego se produce las primeras semanas después del nacimiento del bebé, mientras que el vínculo emocional se suele desarrollar durante los dos primeros años de vida. Lee aquí otras diferencias entre apego y vínculo

¿Qué pasa si tu bebé no se apega a ti?
Cerca del 35 por ciento de los bebés forman apegos inseguros. En sus tiernas mentes, no les queda claro si pueden o no contar con sus padres. A menudo, estos niños hacen lo posible por mantenerse apegados y lo suelen hacer de forma intermitente, buscando la atención de sus cuidadores unas veces; desistiendo otras.

Como consecuencia, estos niños pueden volverse excesivamente dependientes (desesperándose cuando sus cuidadores se alejan) o inadecuadamente independientes (ni siquiera parecen darse cuenta de su ausencia). Y también los hay que se comportan de manera asustada o caótica en presencia de sus padres. Estos niños pueden ser más vulnerables a ciertos problemas de ansiedad, rabia o depresión. También podrían tener <15300068>dificultades sociales –muy mal comportamiento y desobediencia- y una falta de motivación en la escuela. 

Tu influencia es decisiva
Muchos científicos opinan que lo que hace que el apego sea o no saludable es la forma en que los padres responden a los estímulos de apego de sus hijos. Ignorar o rechazar las necesidades del bebé, o reaccionar a las mismas de manera inconstante tiende a producir un apego inseguro. 

Asimismo, los cuidadores egocéntricos, controladores, abusivos u hostiles pueden causar daños duraderos. Pero cuando los padres reaccionan de forma sensible, reconfortante y sistemática a las necesidades de sus hijos, crean un apego seguro y saludable. ¿Por qué? Porque para el bebé es importante que sus cuidadores comprendan lo que él necesita. Y cuando esto ocurre, el pequeño aprende a confiar en los demás. 

La dependencia lleva a la independencia
Uno de los conceptos claves de la teoría del apego es que la dependencia de un niño se transforma con el tiempo en independencia. En otras palabras, sólo después de sentir que pueden contar con la presencia de sus padres -y percibir el mundo como un lugar seguro y accesible- los niños logran desarrollar la seguridad necesaria para explorar su mundo plenamente y jugar por su cuenta. 

Eso no es lo mismo que decir que un niño debe tener acceso a todo lo que quiere, explica la psicóloga infantil Kori Skidmore, sino que cuando el bebé expresa una necesidad o deseo, sus padres deben responder con alguna señal que diga, "sí, te oigo, hijo mío". 

Por ejemplo, durante un paseo tienes que pasar al baño a cambiarle el pañal a tu hijito de 6 meses, quien protesta a todo pulmón. En lugar de darte por vencida, le cambias con calma el pañal a la vez que reconoces la aflicción de tu pequeño, diciendo: "pobrecito mío, tienes tu pañal muy mojado, ya verás como te sientes mucho mejor cuando te lo cambie, y luego podemos salir otra vez a jugar". Aunque tus palabras no signifiquen nada para tu bebé, tu tono de voz le asegura que lo comprendes y entiendes su incomodidad o dolor. 

Por qué es tan importante el primer año
Esta clase de atención tiene especial importancia durante el primer año porque es cuando más rápidamente se desarrolla el cerebro de tu bebé. En particular el lado derecho del cerebro, donde se concentran las emociones, se está desarrollando a gran velocidad (este ritmo de crecimiento disminuye en el segundo año de vida). Aunque los bebés no recuerdan momentos específicos de estos primeros meses, la base de sus emociones dependerá de las experiencias vividas. 

Por ejemplo, buscarán la ayuda de una persona que les de apoyo y consuelo cuando tengan que superar situaciones estresantes en el mundo, sobre todo si han tenido una experiencia afectiva con esa persona anteriormente. Al responder atentamente a sus necesidades y estar disponible emocionalmente para tu hijo, estarás estableciendo tu vínculo afectivo con el bebé y reforzando el apego. 


De hecho, establecer un apego saludable es un proceso continuo. A medida que los niños crecen y se sienten más seguros para conectarse con el mundo, sus padres son sus maestros. Incluso cuando sean adolescentes, seguirán necesitando un lugar donde sentirse seguros y contar con personas receptivas que los quieran. Los lazos emocionales que se establecen durante el primer año y se fortalecen a lo largo de la niñez y la adolescencia ayudarán a tu bebé a transformarse en un adulto feliz y productivo. Y tú también serás una madre o padre mucho más feliz.


miércoles, 21 de mayo de 2014

Más sobre cuidados de recién nacidos

LOS PRIMEROS CUIDADOS DEL BEBÉ

30 consejos para padres novatos (2ª Parte)


Cuidados
18. Cuanto más pequeños son, más se sobresaltan si nos acercamos precipitadamente, sin previo aviso. Primero hay que mantener contacto visual y hablarles. Luego, colocando una mano debajo de la cabeza y otra bajo el tronco, les levantamos con suavidad. No son tan frágiles como parecen, así que cojámosles con suavidad pero con firmeza.
19. Uno de los puntos más delicados de los bebés son las nalgas. Por lo tanto, conviene cambiar su pañala menudo y así evitar que se irriten. Aunque los modernos superpañales los mantienen secos durante largas horas, el calorcillo húmedo en la zona de la barriga no es nada bueno para la piel.
20. Cambiarles los pañales sobre una mesa o un cambiador es más cómodo para que la espalda del adulto no sufra, pero hay que tener un cuidado extremo para evitar accidentes. Los bebés son capaces de girar su cuerpo y rodar a las pocas semanas.
21. Antes de poner un nuevo pañal, hay que limpiarle con suavidad y secarle muy bien, procurando que no quede nada de humedad entre los pliegues.
22. Durante las primeras semanas se le puede bañar en el lavabo. Conviene colocar un protector para no golpearle accidentalmente contra el grifo. También puede usarse una bañerita.
23. Para asearle, en principio bastaría con el agua tibia. Si usamos jabón, que sea neutro. Los polvos de talco están desaconsejados: podría inhalarlos.
24. Si el bebé tuviera miedo a la bañera, podemos sentarle desnudo sin nada de agua, darle algún juguete y luego ir llenando la bañera poco a poco.
25. Al bañarle, hay que cerrar primero el grifo del agua caliente y después el de la fría. Así, evitamos que si el grifo gotea, le caigan gotas de agua muy caliente.
26. La herida del cordón umbilical no necesita un vendaje especial mientras cicatriza. Se puede bañar al pequeño si luego secamos bien la zona del ombligo. Esa parte la lavaremos con una toalla mojada en agua tibia, luego la secamos y colocamos encima una gasa limpia. Si la herida supura o sangra, hay que consultar al pediatra.
27. La mayoría de los recién nacidos llevan demasiada ropa. Si están abrigados en exceso, pueden llegar a sufrir un sofocón: sudan y se sienten mal.
28. En los primeros meses es normal que el pequeño tenga las manos y los pies fríos. Pero si la piel a la altura de los omóplatos o la tripa está caliente y seca, significa que no tiene frío.
29. Durante los primeros meses la cabecita del niño necesita apoyo. Cuando le tengamos en brazos, hay que sostenerla en todo momento con suavidad pero con firmeza. Los recién nacidos se asustan mucho cuando se les cae hacia un lado o hacia atrás.
30. Las uñas de los bebés crecen muy rápido. El mejor momento para cortárselas es cuando duermen profundamente. Debemos usar unas tijeras especiales para bebés, con punta roma (redonda).

Autora : MARTINA RAO
FUENTE:  serpadres.com

Sobre cuidados de recién nacidos

LOS PRIMEROS CUIDADOS DEL BEBÉ

30 consejos para padres novatos (1ª Parte)


Los primeros cuidados del bebé: 30 consejos para padres novatos (1ª Parte)

Alimentación

1. Los recién nacidos tienen el estómago muy pequeñito, por lo tanto la cantidad de leche que les cabe es también pequeña. Los intervalos entre las tomas deben ser los que su cuerpo exija. Todos los pediatras recomiendan la lactancia a demanda (salvo excepciones por enfermedad).
2. Muchos bebés regurgitan después de mamar o de tomarse el biberón. Es algo normal. No hay razón para preocuparse, pues no suele ser mucha cantidad. Por regla general, solo echan la leche que han tomado de más.
3. En ocasiones, el peque no se queda satisfecho después de mamar un largo rato. Esto puede pasar porque no mama bien: si succiona solo el pezón no sacará mucho. Hay que procurar que la areola del pecho también esté dentro de su boca.
4. Si se tienen gemelos, es muy normal que al principio lloren más que otros bebés cuando se encuentran hambrientos, ya que tienen que esperar su turno. Podemos colocar a cada uno en un pecho, ambos a la vez, y en la siguiente toma, intercambiarlos. Si toman biberón, los ponemos en frente, sobre un cojín y se lo damos al mismo tiempo.
5. Lo ideal es que cada gemelo tenga su propio ritmo de comida, es decir, cuando lo piden. Si su hermano sigue durmiendo, le dejaremos hasta que se despierte. Poco a poco irán acercando horarios.
6. Hay bebés que se duermen mamando. Probablemente no tengan mucha hambre o aún estaban medio dormidos. En este caso, basta con mover un poquito el pezón para que despierten y sigan chupando.
7. Si no les damos pecho, los recién nacidos tienen que aprender a tomar el biberón. Lo mejor es que al principio sea siempre la misma persona la que se lo dé, pues cada uno tenemos una forma diferente de darlo. Algunos bebés se desconciertan fácilmente.
8. No es aconsejable darle nada que no sea leche, ni infusiones ni ningún preparado que nos hayan dicho que le ayuda a echar los gases.
9. Para evitar que ingiera aire, si le damos el biberón, hay que verificar que está lo suficientemente inclinado como para que la leche ocupe toda la tetina y no haya burbujas de aire que pueda tragar sin querer.
10. Durante cinco o diez minutos después de mamar, los bebés muestran un interés especial por su entorno. Si lloran después de comer, probablemente sea porque quieren juerga y nosotros no les estamos haciendo caso. También puede ser porque tengan gases.
11. El eructo no es obligatorio, pero la mayoría de los bebés se sienten mejor después de haber echado el aire. Para ayudarles, podemos incorporarlos apoyándolos sobre nuestro hombro, o bien ponerlos boca abajo encima de nuestras rodillas y les damos palmaditas en la espalda. A veces los gases pueden provocar fuertes dolores. Si es así, debemos consultar al pediatra.
12. La postura adecuada para acostar al bebé después de comer es boca arriba. Es más segura y hará que le molesten los gases en menor medida. Esta postura es la que debe tener siempre en la cuna para evitar la muerte súbita.
13. Las manchas de leche en la ropa huelen mal. Se pueden quitar conuna mezcla de agua y levadura (una cucharadita para una taza de agua). No solo se quita el mal olor, también la mancha.
14. Directrices para el aumento de peso: en los cinco primeros meses, la mayoría de los niños duplican su peso y hacia el final del primer año, suelen pesar tres veces más de lo que pesaron al nacer.
15. Pesar al bebé a diario no tiene sentido y puede convertirse en una fuente de estrés innecesario. Si está contento, activo y crece bien, significa que está bien alimentado. El pediatra lleva un seguimiento exhaustivo, si él detecta algo raro, tomará algún tipo de medida.
16. Los niños que se crían al pecho hacen más deposiciones que los que toman leche artificial. En general suelen hacer entre una y cuatro cacas al día.
17. A partir de los tres meses aproximadamente, los niños necesitan una cierta rutina en su vida. Por lo tanto, hay que procurar acostarles a la misma hora y siguiendo un mismo ritual. Esto deberá mantenerse durante los siguientes años.
FUENTE: serpadres.es

lunes, 22 de noviembre de 2010

A veces, invertimos más en un coche que en un hijo

Lo tengo claro. Hace muy poco tiempo nadie se ocupaba seriamente del impacto que tendrían en el feto del vientre de la madre los niveles de estrés de esta última o, con menor razón, del padre. Está claro que el dilema consistía luego en enviarlo o no a la guardería como única alternativa para que ella no tuviera que abandonar el trabajo; muy pocos tenían la conciencia o el conocimiento para preocuparse del tratamiento educativo que recibía allí el recién nacido. Nadie sabía nada de los efectos que sobre la adolescencia de una niña tenía la ausencia del padre tras una separación.

Si mis lectores me insisten en que les diga cuál es el descubrimiento social más trascendental de estos dos últimos siglos, no tendré más remedio que responder: el impacto insospechado en su vida de adulto de lo acontecido al bebé desde el vientre de la madre.

Vayamos por partes. Cuando la madre está angustiada o estresada, ¿repercute en la salud del niño? Parece difícil negarlo. Un padre puede tener, biológicamente, muchísimos hijos, mientras que una madre apenas unos pocos. El resultado de esta diferencia comporta que el valor otorgado inconscientemente por uno y otro es distinto. Para la madre se trata de uno de los poquísimos activos biológicos con los que podrá contar en toda su vida. No es extraño que el grado de preocupación por el impacto en la vida del feto, o más tarde del bebé, de su propio estrés o angustia sea mucho mayor en el caso de ella que del padre.

¿Alguien puede sugerirme por qué intentamos esconder los resultados negativos de la mayoría de las encuestas y los análisis efectuados sobre el aprendizaje en las guarderías infantiles? Los resultados tienden a demostrar que se produce un aumento de la agresividad y violencia en edades posteriores cuando el régimen de las guarderías empezó antes de los cinco años, prolongándose durante muchos años durante 30 o 40 horas por semana. Como me dijo en una ocasión un gran neurólogo británico especializado en la educación infantil: “A veces estamos más dispuestos a pagar por un buen parking que por guardar a nuestros hijos”.

En lo anterior subyace una de las grandes contradicciones de nuestra sociedad. Tenemos el gran mérito –comparados con el mundo islámico– de haber sabido asimilar a la mujer en los procesos de producción y de ahí que otras civilizaciones basadas en religiones excluyentes no podrán competir jamás con nosotros. Ahora bien, está por realizar el sacrificio o la aplicación del conocimiento necesario para que esa incorporación de la mujer al trabajo se pueda hacer en las mejores condiciones, velando por la calidad de los contenidos físicos y académicos de las guarderías necesarias.

Por último, ahora también sabemos de la comunicación intergeneracional de los niños. Resulta que, en promedio, una niña abocada a crecer sin la presencia del padre a raíz de una separación del matrimonio accede antes de la edad promedio a la pubertad; y no solo eso, suele tener mayores dificultades de integración que el promedio de las niñas de su edad. La adolescente no para de hacerse a sí misma preguntas sobre su propia situación, acumula información codificada sobre el grado de confianza que puede depositar en los adultos y, muy particularmente, en los hombres. De esas preguntas surge una actitud decidida sobre el entorno familiar.

Tenemos que cuidar muchísimo más de lo que hemos querido o sabido hacer el aprendizaje emocional de los niños y no solo, como ha ocurrido hasta ahora, el aprendizaje cognitivo o académico. Hasta los siete años, los niños son el mejor ejemplo de un departamento de I+D con gastos pagados, que no podemos abandonar a su suerte si queremos sobrevivir.

Autor: Eduard Punset

domingo, 9 de mayo de 2010

¿Quiénes cuidan a nuestros pequeños?

Con los hechos sucedidos en los últimos días se pone sobre la mesa un tema que tendría que estarlo siempre… el cuidado de nuestros niños por parte de personas adecuadas para ello.

Pareciera que en Uruguay siempre tiene que suceder algo para recién reaccionar: pues sí, en general se actúa reactivamente. Tiene que morir un niño para (por unos días) todos hablen de la seguridad en el tránsito, tiene que ser atropellado un ciudadano para que se ponga una barrera de tren, tiene que ser maltratado un niño en un Jardín para preguntarnos con quién dejamos a nuestros pequeños.

En 2008 cuando empezamos a implementar Tunanny.com entendimos que en el mercado se necesitaba un servicio que ofreciera un proceso de selección profesional de quienes tendrían luego la tarea de cuidar niños.

Porque ser cuidadora de niños implica sobre todo ser consciente de la responsabilidad que implica, pero con eso no alcanza: es necesario contar con habilidades y competencias particulares.

¿Cómo saber que quien cuida a nuestros pequeños, sea en casa o en una institución educativa cumplen con los requisitos formales y de personalidad adecuados para la tarea?

La respuesta que Tunanny.com da a esa pregunta es: a través de un proceso serio de selección, el cual incluya la evaluación psicológica de las postulantes y el chequeo de referencias.

Generalmente se utiliza la referencia de amigos o familiares al momento de buscar personal para que cuide de nuestros niños; incluso en la mayoría de las instituciones educativas se recurre a la recomendación.

Probablemente en muchos casos las experiencias sean positivas, ¿pero no crees que sería más adecuado y seguro saber que a quién tu decides encargar el cuidado de tu/s niño/s - sea en casa o en el Jardín - pasó por un proceso de selección, y que si está en el puesto es porque cumplió con los requisitos formales y psicológicos del mismo?

En Tunanny.com trabajamos para demostrar que las cosas se pueden hacer de otra manera...