Respuestas de alumnos de segundo de primaria a las siguientes preguntas:
¿Por qué hizo Dios a las Madres?
1. Principalmente para limpiar la casa.
2. Para ayudarnos cuando estábamos naciendo.
3. Porque es la única que sabe donde están mis calcetines.
¿Cómo hizo Dios a las Madres?
1. Usó tierra, como lo hizo para todos los demás.
2. Con magia además de súper poderes y mezclar todo muy bien.
3. Dios hizo a mi mamá así como me hizo a mí, sólo que con cachos más grandes.
¿Qué ingredientes usó?
1. Dios hizo a las madres de nubes y pelo de ángel y todo lo bueno en este mundo y una pizca de malo.
2. Tuvo que empezar con huesos de hombres y después creo que usó cuerda, principalmente.
3. Con carne blandita que olía muy bien.
¿Por qué Dios te dio a tu mamá en vez de otra mamá?
1. Porque somos parientes.
2. Porque Dios sabía que ella me quería más a mí que otras mamás me quieren.
3. Porque mi mamá me había pedido para ella.
¿Qué clase de niña era tu mamá?
1. Mi mamá siempre ha sido mi mamá y nada de esas cosas.
2. No sé porque no estaba yo allí, pero creo que era muy mandona.
3. Yo la he visto en una foto y era una niña muy antigua.
¿Qué necesitaba saber tu mamá de tu papá antes de casarse con él?
1. Su apellido.
2. Si me quería para hijo
3. Si tenia dinero para gastar
¿Por qué se casó tu mamá con tu papá?
1. Porque mi papá hace el mejor spaghetti en el mundo y mi mamá come mucho.
2. Porque mi papá era muy pesado y la convenció.
3. Mi abuela dice que porque no se puso su gorra para pensar.
¿Quién es el jefe en tu casa?
1. Mi mamá no quiere ser jefe pero tiene que serlo porque mi papá es un chistoso.
2. Mi mamá, porque ve todo en la inspección de mi cuarto. Ella ve hasta lo que hay debajo de mi cama.
3. Creo que mi mamá, pero sólo porque ella tiene más cosas que hacer que mi papá.
¿Cuál es la diferencia entre las mamás y los papás?
1. Las mamás trabajan en el trabajo y en la casa y los papás sólo van al trabajo.
2. Las mamás saben hablar con las maestras sin asustarlas y hacer muchas magias.
3. Los papás son más altos y fuertes, pero las mamás tienen el verdadero poder porque a ellas les tienes que pedir permiso cuando quieres quedarte a dormir en casa de un amigo.
¿Qué hace tu mamá en su tiempo libre?
1. Las mamás no tienen tiempo libre.
2. Va a la compra o pone la lavadora.
3. Me ayuda a hacer los deberes y me lee cuentos.
¿Qué haría a tu mamá perfecta?
1. Por adentro ya es perfecta, pero afuera creo que un poco de cirugía plástica en la tripa.
2. Ya sabes, su pelo, yo lo teñiría tal vez de azul.
3. Que no tuviera que repartírmela con mi hermana.
¿Si pudieras cambiar algo de tu mamá, que sería?
1. Tiene esa cosa rara de pedirme que siempre limpie mi cuarto. Eso le quitaría.
2. Haría a mi mamá menos cotilla, está todo el día preguntándome cosas.
3. Me gustaría que desaparecieran esos ojos invisibles que tiene atrás de su cabeza.
Fuente: http://tinyurl.com/2ezj5hb
Mostrando entradas con la etiqueta hijos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta hijos. Mostrar todas las entradas
sábado, 26 de diciembre de 2015
sábado, 25 de octubre de 2014
7 Cosas que los padres deben de decir a sus hijos cada día
Por Karen Salmansohn
Hay muchas maneras de decir "te amo" a tus hijos, sin tener que pronunciar esas tres
palabras pequeñas pero poderosas. Estas son siete alternativas
para decir te amo que también
tienen una doble función como "empoderamiento de
filosofía de vida" para criar a niños que
se sienten resilientes - niños que sienten en su interior que tienen lo
que se necesita para
recuperarse de la vida surtida de desafíos.
Después de todo, seamos sinceros. No importa lo duro que todos tratamos de recorrer un
Después de todo, seamos sinceros. No importa lo duro que todos tratamos de recorrer un
camino libre de golpes hacia la felicidad, la vida siempre va a
presentar su cuota de baches
sorpresa.
No es literal que se digan estas 7 cosas todos los días. Cámbialas. Busca la manera de decirlas
No es literal que se digan estas 7 cosas todos los días. Cámbialas. Busca la manera de decirlas
de distintas maneras a tus hijos.
1. "Creo en ti."
Le he dicho a mi hijo de 3 años de edad, Ari, "Creo en ti" con tanta frecuencia, que él ya
1. "Creo en ti."
Le he dicho a mi hijo de 3 años de edad, Ari, "Creo en ti" con tanta frecuencia, que él ya
comenzó a devolverme estas mismas palabras a mí.
Ejemplo divertido: El otro día estaba volteando todo nuestro apartamento buscando mis llaves.
Ejemplo divertido: El otro día estaba volteando todo nuestro apartamento buscando mis llaves.
Me desplomé en el sofá frustrada porque no podía encontrarlas. De repente
sentí un tirón en
mis pantalones. Fue Ari.
"Mami", dice, "Yo sé que puedes encontrar tus llaves. Creo en ti ".
Sus palabras fueron la vacuna de refuerzo de adrenalina que necesitaba para ponerme de pie y
"Mami", dice, "Yo sé que puedes encontrar tus llaves. Creo en ti ".
Sus palabras fueron la vacuna de refuerzo de adrenalina que necesitaba para ponerme de pie y
tratar de tirar el sofá lejos de la pared para un rápido vistazo
detrás de él. Eureka! Encontré mis
llaves perdidas.
Si. Yo creo mucho en el poder de propulsión de "Yo creo en ti!"
2. "Nunca te rindas".
En realidad, cuando digo estas palabras a mi hijo, yo las digo tres veces seguidas, en un tono
Si. Yo creo mucho en el poder de propulsión de "Yo creo en ti!"
2. "Nunca te rindas".
En realidad, cuando digo estas palabras a mi hijo, yo las digo tres veces seguidas, en un tono
tonto, exagerado a la "Winston Churchill": "¡Nunca
te rindas! ¡Nunca te rindas! ¡Nunca te rindas!"
Esto hace que Ari ría. Y la risa es un gran liberador de estrés, lo que le permite seguir adelante.
Recientemente, sin embargo, me di cuenta que estas palabras tienen una adición importante.
Esto hace que Ari ría. Y la risa es un gran liberador de estrés, lo que le permite seguir adelante.
Recientemente, sin embargo, me di cuenta que estas palabras tienen una adición importante.
Mi hijo y yo estábamos armando un rompecabezas de Spiderman. Ari seguía
tratando de coloca
r la pieza del rompecabezas mal en un espacio de rompecabezas vacía -
mientras repite:
"¡Nunca te rindas! ¡Nunca te rindas! ¡Nunca te rindas!"
Yo le corregí diciendo: "Nunca te rindas, a menos que por supuesto estás haciendo algo que
Yo le corregí diciendo: "Nunca te rindas, a menos que por supuesto estás haciendo algo que
podría estar equivocado - entonces necesitas detenerte, pensar y llegar
a una nueva estrategia"
"¿Una nueva estrategia?", Preguntó.
"Sí", le dije, "Si sigues haciendo lo que estás haciendo, seguirás consiguiendo lo que estás
consiguiendo. Si nada cambia, nada cambia. Así que ... tienes que buscar
una nueva manera
de hacerlo, una nueva estrategia, para obtener nuevos resultados".
Ari ahora reconoce la importancia de nunca darse por vencido, y al mismo tiempo estar abierto
Ari ahora reconoce la importancia de nunca darse por vencido, y al mismo tiempo estar abierto
a la búsqueda de nuevas estrategias.
3. "La práctica es la manera de aprender."
Esta frase le recuerda a Ari no molestarse consigo mismo por deslices y caídas. Me gusta decir
3. "La práctica es la manera de aprender."
Esta frase le recuerda a Ari no molestarse consigo mismo por deslices y caídas. Me gusta decir
que esto no es sólo durante una actividad desafiante, sino también
antes, como palabras
acogedoras.
4. "Todos los expertos comenzaron como un principiante - al igual que tú."
Siento que es esencial recordarle a mi hijo que las personas que son impresionantes en algo no
4. "Todos los expertos comenzaron como un principiante - al igual que tú."
Siento que es esencial recordarle a mi hijo que las personas que son impresionantes en algo no
comienzan impresionante.
Quiero que mi hijo crezca sabiendo que está bien cometer errores. Está bien fracasar. Está bien
Quiero que mi hijo crezca sabiendo que está bien cometer errores. Está bien fracasar. Está bien
luchar. Lo que no está bien es pensar que los errores, fracasos y
la lucha son estados
permanentes de ser. Son simplemente un puente por el que necesita seguir
viajando para llegar
a la "Tierra de lo maravilloso". Quiero que mi hijo
crezca sabiendo que la persistencia, la
paciencia y el esfuerzo son todos mucho más importantes que la
perfección.
5. "El fracaso no es una opción."
Recibí este frase a través de uno de sus juguetes de ninja que hablan. Cuando escuché por
5. "El fracaso no es una opción."
Recibí este frase a través de uno de sus juguetes de ninja que hablan. Cuando escuché por
primera vez el juguete pronunciar esta frase, me dije: "¡Oh, me
encanta este juguete! ¡El fracaso
no es una opción! Eso es una bueno."
Ari y yo luego hablamos un poco acerca de lo que significa esta frase, cosas como: seguir
Ari y yo luego hablamos un poco acerca de lo que significa esta frase, cosas como: seguir
intentándolo, aprender de todo, no lo veas como "fracaso",
sino como una lección y
conocimiento para aprender lo que puedes tratar de nuevo con una nueva
estrategia. Así que el
fracaso no es una opción. Una de las opciones son: aprender,
crecer, dejarlo ir, aceptarse a
sí
mismo por tratar, y volver a intentarlo.
Ahora cada vez que Ari está teniendo problemas para hacer algo, toma la atitud del Ninja y
Ahora cada vez que Ari está teniendo problemas para hacer algo, toma la atitud del Ninja y
dice: "El fracaso no es una opción". Gracias a esta
frase, Ari ha mejorado en aprender a leer
los libros.
6. "Tienes que aprender de cada error o accidente."
Cada vez que a Ari se derrama algo, se le rompe algo, deja caer algo, descompone algo, le
canto esta misma cancioncilla: "Tienes que aprender de cada error o
accidente." Entonces le
pido que me diga específicamente lo que aprendió cualquiera que
sea eso y hablamos de
ello.
Le hago saber que todos cometemos desastres a veces. Sólo tenemos que tratar de no
Le hago saber que todos cometemos desastres a veces. Sólo tenemos que tratar de no
cometer el mismo muchas veces.
7. "Estás a salvo y eres amado."
Recientemente he añadido esta frase en mi kit de palabras resilientes después de que,
7. "Estás a salvo y eres amado."
Recientemente he añadido esta frase en mi kit de palabras resilientes después de que,
con mi terapista, ella me pidió que recordara un momento en mi infancia,
cuando me sentía
segura y amada. Tan pronto como ella pidió esto, me puse nerviosa en
lugar de calmarme.
No podía recordar un momento definitivo claro en mi infancia, donde me
sentía segura y
amada.
Después pensé en lo importante que es criar a los niños a sentirse seguros y amados.
Después pensé en lo importante que es criar a los niños a sentirse seguros y amados.
Se refuerza su autoestima y fomenta el valor.
Yo ahora he añadido las palabras "estás seguro y eres amado" en mi ritual de buenas noches
Yo ahora he añadido las palabras "estás seguro y eres amado" en mi ritual de buenas noches
para mi hijo. Susurro estas palabras en voz baja al oído antes de que él
quede dormido. "Estás
a salvo y eres amado." Espero de verdad que este susurro silencioso
crée un fuerte eco, infinito
que le dure hasta bien entrada la edad adulta.
Fuente: mindbodygreen.com
Fuente: mindbodygreen.com
sábado, 9 de octubre de 2010
Ser padres, una misión amorosa
Ser padres es, metafóricamente, dejar de ser "hijos" y encontrar en esta nueva función un espacio para dar el sentimiento de amor auténtico y propicio en pos de una bienvenida al mundo de este ser en miniatura. Ser padres configura un universo particular en cada uno, indescriptible, una experiencia que deja una marca indeleble y conmovedora en la mayoría de los seres humanos. Convertirnos en padres nos introduce en el terreno del misterio y en el clima del milagro de dar vida. Ser padres implica un CONCEPTO.
La concepción (palabra que deriva de "concepto") de un hijo se anticipa ni bien se comienza a imaginar su presencia: la subjetividad del niño dada por los otros, comienza a tomar cuerpo. Ya sea un hijo deseado, de un embarazo complicado, producto del deseo de adoptar, de fecundación in vitro, etc. se lo piensa intensamente y con mucha antelación de manera conceptual: ¿cuál será su género, su apariencia, a quién se va a parecer, qué nombre le pondremos, qué que va a ser cuando grande? En este clima expectante, la fantasía y la imagen le van moldeando una pre- identidad. Más allá de lo real en todo su esplendor que significa ver crecer la panza de la madre y experimentar los primeros movimientos y las patadas fuertes mientras va creciendo, el cuerpo de ambos padres registra todo el proceso del embarazo, no sin angustia y desconcierto pero también con mucha expectativa y alegría. No son raros los síntomas en ambos, tanto físicos (malestares inespecíficos, alergias, gastritis, insomnio, problemas de piel) así como los cambios abruptos de humor, los miedos y la incertidumbre acerca de desempeñarse adecuadamente en la nueva función.
"Quiero a un hijo cuando respeto sus sentimientos y necesidades aún antes de su nacimiento e intento atender a esas necesidades y derechos en la medida de todo lo posible. No quiero a un hijo cuando no lo trato como persona con mis mismos derechos sino como un objeto que tiene que ser corregido". Estas son palabras de Alice Miller – prestigiosa psicoanalista y filósofa - que ilustran con simpleza la respuesta a lo que los padres deberían preguntarse: ¿Cómo quererlo bien?
A pesar de que lo más significativo de esta época que vivimos implica cierto congelamiento emocional y la caída de la autoridad paterna tradicional, los embarazos continúan floreciendo en este contexto de cambios veloces como los rayos. Sería conveniente no dramatizar sobre lo que pasa y en lugar de evadirnos del problema y protestar porque "antes" era distinto, es aconsejable aprender sobre estas nuevas posiciones de padres y madres que se dan hoy en día y reflexionar y debatir con tiempo y tranquilidad. Escuchándonos atentamente y haciendo de esta escucha un aliado indispensable para alejar la ansiedad.
El psicoanálisis convencional ha construido categorías bastante monolíticas con respecto a la función paterna instalándola como la introducción tradicional del orden simbólico – la ley y los límites - para facilitar la creación de lazos sociales posteriores, separando al niño de la madre y permitiéndole su salida a la sociedad y a su cultura.
Reconocemos en esta nueva época un acuñamiento diferente en la constitución del niño con una sutil y menor identificación a las figuras parentales. El proyecto moderno ha entrado en crisis y han perdido sostén las instituciones: estado, familia, iglesia, escuela. El impacto de la cultura posmoderna y su fragmentación y globalización han ido imponiendo una pérdida de sentido de la historia personal, familiar y social, del pasado, y de las instituciones sociales y simbólicas sobre las que hemos descansado por varios siglos.
Puede sorprendernos que algunos sociólogos no se hayan dado cuenta todavía de que en la relación primitiva de la madre con el hijo les sería posible examinar el desarrollo de las relaciones sociales in statu nascendi. Lo dijo hace muchísimos años el doctor René Spitz, un investigador riguroso acerca de los primeros años de la vida del niño. Él hizo una descripción exhaustiva del "marasmo" infantil, un estado psicótico experimentado por los pequeños bebés hospitalizados sin la presencia de la madre. Atendidos en las necesidades biológicas a la perfección, pero privados del afecto u amor que los pudiese reconocer como futuros seres humanos.
Él explica con simpleza como en esta transición de lo fisiológico a lo psicológico que efectúa el niño desde el útero, las relaciones son de completo parasitismo y luego de una simbiosis con la mamá que dará lugar muy lentamente a la relación con otros objetos. En ninguna parte de la sociología se da una asimetría tan grande entre dos seres tan íntimamente ligados. George Simmel ha estudiado la díada, el acuñó ese nombre, diciendo que es ahí donde pude encontrarse el germen de todo desarrollo posterior de las relaciones sociales.
En el caso de los adultos, el medio está constituido por factores, grupos, individuos que influyen sobre la personalidad organizada de los mayores e interactúan con ella. Para el recién nacido el medio está compuesto de un solo individuo: madre o sustituto. El niño no lo percibe por separado, forma parte de sus necesidades y de su satisfacción: es un sistema cerrado.
Recién en el segundo mes el lactante manifiesta un interés exclusivo por el rostro humano. Contesta con sonrisa y es la primera manifestación activa, un resplandor débil del pasaje de la pasividad a la actividad.
Carmen Iriondo, Lic. En Psicología, autora del libro Memorias de una niña rehén.
La concepción (palabra que deriva de "concepto") de un hijo se anticipa ni bien se comienza a imaginar su presencia: la subjetividad del niño dada por los otros, comienza a tomar cuerpo. Ya sea un hijo deseado, de un embarazo complicado, producto del deseo de adoptar, de fecundación in vitro, etc. se lo piensa intensamente y con mucha antelación de manera conceptual: ¿cuál será su género, su apariencia, a quién se va a parecer, qué nombre le pondremos, qué que va a ser cuando grande? En este clima expectante, la fantasía y la imagen le van moldeando una pre- identidad. Más allá de lo real en todo su esplendor que significa ver crecer la panza de la madre y experimentar los primeros movimientos y las patadas fuertes mientras va creciendo, el cuerpo de ambos padres registra todo el proceso del embarazo, no sin angustia y desconcierto pero también con mucha expectativa y alegría. No son raros los síntomas en ambos, tanto físicos (malestares inespecíficos, alergias, gastritis, insomnio, problemas de piel) así como los cambios abruptos de humor, los miedos y la incertidumbre acerca de desempeñarse adecuadamente en la nueva función.
"Quiero a un hijo cuando respeto sus sentimientos y necesidades aún antes de su nacimiento e intento atender a esas necesidades y derechos en la medida de todo lo posible. No quiero a un hijo cuando no lo trato como persona con mis mismos derechos sino como un objeto que tiene que ser corregido". Estas son palabras de Alice Miller – prestigiosa psicoanalista y filósofa - que ilustran con simpleza la respuesta a lo que los padres deberían preguntarse: ¿Cómo quererlo bien?
A pesar de que lo más significativo de esta época que vivimos implica cierto congelamiento emocional y la caída de la autoridad paterna tradicional, los embarazos continúan floreciendo en este contexto de cambios veloces como los rayos. Sería conveniente no dramatizar sobre lo que pasa y en lugar de evadirnos del problema y protestar porque "antes" era distinto, es aconsejable aprender sobre estas nuevas posiciones de padres y madres que se dan hoy en día y reflexionar y debatir con tiempo y tranquilidad. Escuchándonos atentamente y haciendo de esta escucha un aliado indispensable para alejar la ansiedad.
El psicoanálisis convencional ha construido categorías bastante monolíticas con respecto a la función paterna instalándola como la introducción tradicional del orden simbólico – la ley y los límites - para facilitar la creación de lazos sociales posteriores, separando al niño de la madre y permitiéndole su salida a la sociedad y a su cultura.
Reconocemos en esta nueva época un acuñamiento diferente en la constitución del niño con una sutil y menor identificación a las figuras parentales. El proyecto moderno ha entrado en crisis y han perdido sostén las instituciones: estado, familia, iglesia, escuela. El impacto de la cultura posmoderna y su fragmentación y globalización han ido imponiendo una pérdida de sentido de la historia personal, familiar y social, del pasado, y de las instituciones sociales y simbólicas sobre las que hemos descansado por varios siglos.
Puede sorprendernos que algunos sociólogos no se hayan dado cuenta todavía de que en la relación primitiva de la madre con el hijo les sería posible examinar el desarrollo de las relaciones sociales in statu nascendi. Lo dijo hace muchísimos años el doctor René Spitz, un investigador riguroso acerca de los primeros años de la vida del niño. Él hizo una descripción exhaustiva del "marasmo" infantil, un estado psicótico experimentado por los pequeños bebés hospitalizados sin la presencia de la madre. Atendidos en las necesidades biológicas a la perfección, pero privados del afecto u amor que los pudiese reconocer como futuros seres humanos.
Él explica con simpleza como en esta transición de lo fisiológico a lo psicológico que efectúa el niño desde el útero, las relaciones son de completo parasitismo y luego de una simbiosis con la mamá que dará lugar muy lentamente a la relación con otros objetos. En ninguna parte de la sociología se da una asimetría tan grande entre dos seres tan íntimamente ligados. George Simmel ha estudiado la díada, el acuñó ese nombre, diciendo que es ahí donde pude encontrarse el germen de todo desarrollo posterior de las relaciones sociales.
En el caso de los adultos, el medio está constituido por factores, grupos, individuos que influyen sobre la personalidad organizada de los mayores e interactúan con ella. Para el recién nacido el medio está compuesto de un solo individuo: madre o sustituto. El niño no lo percibe por separado, forma parte de sus necesidades y de su satisfacción: es un sistema cerrado.
Recién en el segundo mes el lactante manifiesta un interés exclusivo por el rostro humano. Contesta con sonrisa y es la primera manifestación activa, un resplandor débil del pasaje de la pasividad a la actividad.
Carmen Iriondo, Lic. En Psicología, autora del libro Memorias de una niña rehén.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)