Los distintos sentimientos durante el embarazo
Cada mujer tiene su manera de vivir elembarazo que depende de su edad, su forma de pensar, si es primeriza, si ha perdido otros embarazos, si era planeado, etc. Pero, en el transcurso de los 9 meses, y sin querer generalizar, se observa en las futuras mamás ciertas similitudes.
El primer trimestre: Miedos
¿Estoy embarazada? Esta es la primera incertidumbre a la que toda mujer se enfrenta. Actualmente, puede saberse en pocos minutos el resultado con certeza. Sin embargo, aunque sea positivo, muchas futuras mamás sólo toman conciencia cuando sienten a su bebé moverse o cuándo lo ven en la ecografía.
¿Quiero al bebé? Al principio, la embarazada oscila entre el temor y la alegría. El temor no es muy claro y en él se ocultan muchísimos miedos – conscientes e inconscientes: a lo desconocido, a los cambios, a que su vida no sea la misma, a verse distinta, a sufrir un accidente?.
A estos sentimientos se suman ciertos malestares como las náuseas (las padecen el 50 % de las embarazadas), el insomnio, el cansancio, la falta de apetito o el hambre voraz. Y, como si fuese poco, se agrega el temor frente a la pérdida del embarazo, que como bien se sabe; ocurre durante el primer trimestre (generalmente se debe a malformaciones genéticas).
Aún cuando al comienzo del embarazo predomine el rechazo, la mayoría de las futuras mamás se enamoran de su estado cuando sienten a su bebito moverse. Toda mujer lleva arraigados dentro de sí sentimientos muy fuertes y profundos hacia la maternidad que aumentan a medida que el embarazoavanza. Es común ver cómo cambian las costumbres con el fin de “”anidar saludablemente”” a su hijo: intentan no fumar, no beber, comer sano e incluso muchas sienten deseos de iniciar actividades físicasaunque no sean aficionadas al deporte.
El miedo a lo desconocido responde a una “especie de regresión”. La mamá se siente desprotegida, como cuando era chica y dependía de otros. A raíz de este sentimiento se acerca a su madre y, si entre ellas existe una buena relación, el vínculo suele reforzarse. Por el contrario, de no mantener buenas relaciones, podrían aparecer tensiones.
Segundo Trimestre: Equilibrio
Se puede describir el estado de una mamá en esta etapa, pero difícilmente pueda explicarse cómo siente. De repente, su bebé empieza a moverse y todo se transforma. La emoción es tan fuerte y profunda que la mamá no encuentra forma de explicarlo.
Con los primeros movimientos, aparece entre la mamá y su hijo un diálogo interno, que en apariencia terminará con el nacimiento, pero en realidad; se mantiene durante toda la vida.
La futura mamá manifiesta su alegría, se siente segura de sí misma y de su embarazo. Es probable que haya sabido de su hijo a través de las ecografías y los latidos cardíacos. Pero ninguno de estos estudios son tan movilizadoras como las pataditas del bebé.
Durante este trimestre no son frecuentes las complicaciones. La panza crece, pero todavía no molesta. El movedizo bebé actúa como una gracia sobre la imaginación y el pensamiento de su mamá. Ya han desaparecido los molestos síntomas característicos del primer trimestre. La mamá se siente bien: duerme mejor, come mejor, aprende a cuidarse mejor, y hasta puede aumentar su deseo sexual. Este trimestre la mamá lo vive con placer, tranquilidad y alegría.
El Tercer trimestre: “Una” con el bebé
En el primer trimestre, el bebé era fuente de todas las dudas y temores. En el segundo, si bien se sabe con certeza que el bebé está ahí; todavía no es real. Y, en el último trimestre; el bebé es foco de todos los pensamientos, intereses y preocupaciones de la futura mamá.
A medida que avanza el momento del parto, el afuera – trabajo, amigos – se vuelve cada vez más insignificante para ella. La futura mamá se repliega en su mundo interno, junto a su bebé. Está atenta a todos los cambios de su hijo: su crecimiento, sus movimientos, su sueño, su agitación, su posición, su hipo.
Y esto no es todo: la mamá habla de su bebé como si ya hubiese nacido atribuyéndole cualidades y características. Por su parte, es probable que el futuro papá se sienta alejado de esta escena y si no entiende el estado de su pareja puede quedarse muy aislado, incluso puede sentir celos y enojo.
Día a día, el bebé se hace notar cada vez más. La mamá decide que es el momento de armarle el cuarto y comprarle algo de ropa. Entre el séptimo y octavo mes, la mamá decide comenzar con el curso de preparación para el parto donde aprende a respirar, a pujar, a saber cómo afrontar el “”gran día”. Conoce a otras embarazadas en su misma situación y juntas comparten experiencias que resultan ideales para sacarse todas las incertidumbres.
La última semana parece más larga que todo el embarazo junto. La mamá está a poco tiempo de dar a luz y se pone impaciente y molesta. Hasta aquí, perdura la tranquilidad a pesar de verse como un “”globo terráqueo””. Pero, llegado el momento, la irrumpe la ansiedad de la última semana y esto es muy positivo porque indica que “”finalmente el bebé está por nacer””.
Copyright Mam´s & Baby´s
Fuente: http://siendomadre.com/
Cada mujer tiene su manera de vivir elembarazo que depende de su edad, su forma de pensar, si es primeriza, si ha perdido otros embarazos, si era planeado, etc. Pero, en el transcurso de los 9 meses, y sin querer generalizar, se observa en las futuras mamás ciertas similitudes.
El primer trimestre: Miedos
¿Estoy embarazada? Esta es la primera incertidumbre a la que toda mujer se enfrenta. Actualmente, puede saberse en pocos minutos el resultado con certeza. Sin embargo, aunque sea positivo, muchas futuras mamás sólo toman conciencia cuando sienten a su bebé moverse o cuándo lo ven en la ecografía.
¿Quiero al bebé? Al principio, la embarazada oscila entre el temor y la alegría. El temor no es muy claro y en él se ocultan muchísimos miedos – conscientes e inconscientes: a lo desconocido, a los cambios, a que su vida no sea la misma, a verse distinta, a sufrir un accidente?.
A estos sentimientos se suman ciertos malestares como las náuseas (las padecen el 50 % de las embarazadas), el insomnio, el cansancio, la falta de apetito o el hambre voraz. Y, como si fuese poco, se agrega el temor frente a la pérdida del embarazo, que como bien se sabe; ocurre durante el primer trimestre (generalmente se debe a malformaciones genéticas).
Aún cuando al comienzo del embarazo predomine el rechazo, la mayoría de las futuras mamás se enamoran de su estado cuando sienten a su bebito moverse. Toda mujer lleva arraigados dentro de sí sentimientos muy fuertes y profundos hacia la maternidad que aumentan a medida que el embarazoavanza. Es común ver cómo cambian las costumbres con el fin de “”anidar saludablemente”” a su hijo: intentan no fumar, no beber, comer sano e incluso muchas sienten deseos de iniciar actividades físicasaunque no sean aficionadas al deporte.
El miedo a lo desconocido responde a una “especie de regresión”. La mamá se siente desprotegida, como cuando era chica y dependía de otros. A raíz de este sentimiento se acerca a su madre y, si entre ellas existe una buena relación, el vínculo suele reforzarse. Por el contrario, de no mantener buenas relaciones, podrían aparecer tensiones.
Segundo Trimestre: Equilibrio
Se puede describir el estado de una mamá en esta etapa, pero difícilmente pueda explicarse cómo siente. De repente, su bebé empieza a moverse y todo se transforma. La emoción es tan fuerte y profunda que la mamá no encuentra forma de explicarlo.
Con los primeros movimientos, aparece entre la mamá y su hijo un diálogo interno, que en apariencia terminará con el nacimiento, pero en realidad; se mantiene durante toda la vida.
La futura mamá manifiesta su alegría, se siente segura de sí misma y de su embarazo. Es probable que haya sabido de su hijo a través de las ecografías y los latidos cardíacos. Pero ninguno de estos estudios son tan movilizadoras como las pataditas del bebé.
Durante este trimestre no son frecuentes las complicaciones. La panza crece, pero todavía no molesta. El movedizo bebé actúa como una gracia sobre la imaginación y el pensamiento de su mamá. Ya han desaparecido los molestos síntomas característicos del primer trimestre. La mamá se siente bien: duerme mejor, come mejor, aprende a cuidarse mejor, y hasta puede aumentar su deseo sexual. Este trimestre la mamá lo vive con placer, tranquilidad y alegría.
El Tercer trimestre: “Una” con el bebé
En el primer trimestre, el bebé era fuente de todas las dudas y temores. En el segundo, si bien se sabe con certeza que el bebé está ahí; todavía no es real. Y, en el último trimestre; el bebé es foco de todos los pensamientos, intereses y preocupaciones de la futura mamá.
A medida que avanza el momento del parto, el afuera – trabajo, amigos – se vuelve cada vez más insignificante para ella. La futura mamá se repliega en su mundo interno, junto a su bebé. Está atenta a todos los cambios de su hijo: su crecimiento, sus movimientos, su sueño, su agitación, su posición, su hipo.
Y esto no es todo: la mamá habla de su bebé como si ya hubiese nacido atribuyéndole cualidades y características. Por su parte, es probable que el futuro papá se sienta alejado de esta escena y si no entiende el estado de su pareja puede quedarse muy aislado, incluso puede sentir celos y enojo.
Día a día, el bebé se hace notar cada vez más. La mamá decide que es el momento de armarle el cuarto y comprarle algo de ropa. Entre el séptimo y octavo mes, la mamá decide comenzar con el curso de preparación para el parto donde aprende a respirar, a pujar, a saber cómo afrontar el “”gran día”. Conoce a otras embarazadas en su misma situación y juntas comparten experiencias que resultan ideales para sacarse todas las incertidumbres.
La última semana parece más larga que todo el embarazo junto. La mamá está a poco tiempo de dar a luz y se pone impaciente y molesta. Hasta aquí, perdura la tranquilidad a pesar de verse como un “”globo terráqueo””. Pero, llegado el momento, la irrumpe la ansiedad de la última semana y esto es muy positivo porque indica que “”finalmente el bebé está por nacer””.
Copyright Mam´s & Baby´s
Fuente: http://siendomadre.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario