- Educar a un niño es siempre difícil cuando el adulto no tiene confianza en el niño en crecimiento.
- Para confiar en los niños a medida que crecen, los adultos deberán hacerle frente a sus propias contradicciones de manera tal que sus hijos se encuentren con la verdad y no con padres que se ocultan detrás de conflictos que no tienen nada que ver con los niños y su derecho a una infancia bien amparada.
- Deberán entender que la verdad de lo imaginario y la de lo real son simultáneamente dos niveles diferentes: esto no es incompatible pero provoca cierto malestar que hay que aprender a soportar. Hay muy pocas coincidencias entre lo que uno imagina como ideal y lo que presenta la realidad.
- Los niños son a veces portadores de aquello que hemos vivido mal y que rechazamos. Revisemos los padres con entusiasmo nuestras vidas para no proyectar o repetir en la vida de nuestros hijos las propias frustraciones.
- Para no alejar a nuestros hijos del orden del amor.
Carmen Iriondo, Lic. En Psicología, autora del libro Memorias de una niña rehén.
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